El Problema de la Agricultura en Panamá
Hace muchos años, sobrevolando buena parte de territorio nacional, un ingeniero agrícola israelí me comentó que Panamá era un desierto verde. Me hizo pensar, y es que en verdad, sólo el 0.07% del territorio nacional es apto para la agricultura.
Si este país tiene un problema con el desarrollo de su sector agrícola, es fundamental centrar sus limitaciones en un contexto preciso.
En términos físicos, Panamá tiene pocas posibilidades (de las tradicionales) de usar su suelo con fines para la agricultura. Esa parte la conozco bien, fui yo el que introdujo la hidroponía en este país.
Desde el punto de vista operativo, las mejores tierras para ese uso están en el Distrito de Barú. Pero la cultura del Distrito de Barú se parece a la del Distrito de Colón. En ambos casos se vivió el fenómeno “Zona del Canal”. Los pobres de ambos distritos tienen la misma idiosincrasia, y Panamá, por otro lado, cuenta con grandes profesionales que fueron criados en ambos distritos. Según datos oficiales, alrededor del 15% de los ocupados de este país se dedican a la agricultura. El PIB per cápita de los “ocupados” del sector es de de unos 4,000 Dólares al año. El mismo valor para las actividades relacionadas con la logística en Panamá es de unos 50,000 Dólares al año. A pesar de que la relación del PIB per cápita de ocupados es de más de más de 12 a 1, a la “clase política” le interesa más el hecho de que hayan unos 272,000 “ocupados” en la agricultura, de los 1,770,000 que trabajan en Panamá. Son muchos votos, y es bueno crear una fábula: el desarrollo de la agricultura es una prioridad en nuestro país. El “problema de la agricultura” no es de un sector de la economía en particular, como si fuera que la banca, la Zona Libre de Colón o los hoteles tuviesen algún problema. El supuesto problema de la agricultura de Panamá es en verdad un problema de pobreza, que ha sido aprovechado por la “clase política”, que hace de escudo humano a los supuestos agricultores. No es casual que el gobierno dedique en instituciones del sector agropecuario un gasto equivalente al 11.3% del PIB agrícola, atendiendo un problema que no existe como tal. En contraste, pensemos en la Banca: la Superintendencia de Bancos solo gasta el 0.44% del PIB que ésta genera. ¿Acaso el desarrollo de la agricultura va a resolver los problemas de la pobreza en Panamá, como suele argumentar la “clase política”? En 1990 el PIB de la agricultura representaba el 8.8% del PIB nacional. Los sectores de logística y turismo hoy representan el 42% de la economía; la agricultura ahora sólo explica el 2.1% del PIB nacional. Los supuestos agricultores de Panamá son en verdad en su mayoría pobres, que no les queda otra cosa que ganarse la vida en la “Agricultura, silvicultura, caza y pesca”. Sí, en este país hay quien todavía vive de la caza y son pocos los banqueros, digamos, que son pobres. En el sector agrícola el 0.5 % de los trabajadores devenga más de 3,000 Dólares al mes. El 36% lleva a su hogar menos de 100 Dólares al mes. Usted que lee esto, ¿qué haría con 100 Dólares al mes, como educaría a sus hijos? Sólo el 26% de los ocupados en la agricultura son asalariados. Créame que el resto vive gracias a la posesión de unas cuantas gallinas y matas de yuca.
El “problema de la agricultura” es un problema de pobreza y tiene que atenderse como tal. Con políticas concretas para el desarrollo humano inclusivo. A los amantes del concepto de la “seguridad alimentaria”, que también es parte consustancial del discurso de la “clase política”, les digo lo siguiente: vayan a Singapur, Taiwan, Hong Kong, a la calle 48 entre la quinta y sexta avenida o a la entrada principal de la Gare de Lyon a explicarles a los ciudadanos que siempre deben tener presente, en sus mentes, el asunto de la seguridad alimentaria. Les aseguro que ellos no van a comprender lo que les están diciendo.